Vicios

A Casio le debo mucho. No a la marca Casio en sí, sino a sus relojes. No solo por los recuerdos que me han traído, por las satisfacciones que me han dado, y por la cantidad de buenas personas que gracias a ellos he conocido. Aunque todo eso -que no es poco- ya es suficiente, no es solo por eso. Mi afición a ellos hizo que «me olvidara» de otras cosas. Mientras los cuidaba, reparaba o simplemente admiraba (como si de un museo se tratase) evitaron que desperdiciara el dinero en otros artículos, acciones y actitudes que a la larga me habrían perjudicado enormemente. Nunca sabré la de malos momentos que mi afición por estos pequeños y agradecidos digitales me evitaron pasar.

El próximo día 29 (mañana) se celebra el día sin juegos de azar. Es una lacra social no solo el alcohol, que destruye a miles de familias, haciéndolas vivir un infierno, sino esa otra adicción al juego a la que en España, por desgracia, estamos tan habituados.

Por supuesto también puede haber adicción a los relojes (el ser humano puede acabar adicto a cualquier cosa… Incluso a mujeres), pero en último término los relojes tienen una ventaja sobre todo ello: puedes recuperar parte del dinero, aunque sea malvendiéndolos. El dinero gastado en bares, en prostitutas, en las tragaperras o a las quinielas y a las loterías ya no podrás recuperarlo jamás. Ni siquiera el reintegro. Dalo por perdido para siempre.

Hace unos días, paseando con un amigo por los montes de una localidad cercana, nos encontramos a un señor ya jubilado haciéndole fotos «a todo lo que se movía». Nos detuvimos un rato a charlar, y nos contaba que llevaba hechas durante la mañana casi 800 fotos. Y llevaba caminando ya unos diez kilómetros.

Al despedirnos tras la amena parada, mi amigo me comentó: «mientras está paseando no está pasando las horas en el bar consumiendo alcohol sin parar». Y además es sano, entra en contacto con la naturaleza, y se distrae más y mejor.

Yo no soy para nada aficionado a la fotografía, pero tengo varios amigos que sí y comprendo perfectamente su afición cuando salen de madrugada o al anochecer en busca de esa luz del día tan especial, o se pasan horas en tren o caminando -como ese señor- para descubrir nuevos rincones a los que inmortalizar en una imagen.

Tampoco tiene por qué ser la fotografía, hay gente aficionada a la radio que sale a diario a pasear por las -afortunadamente- cada vez más numerosas vías verdes, que antes eran vías de tren. Conozco a unos señores que van recorriendo varios kilómetros así cada mañana.

Hay mil alternativas al juego, al alcohol y al tabaco, solo basta en encontrar la tuya. Puede que obtener tu equipo de fotografía, tu reloj preferido o tu gama de Casio (por fortuna en Casio tienes miles de alternativas para coleccionar) sea a priori relativamente caro, pero siempre será más barato con lo que ahorrarás en alcohol o en juegos de azar, y también está -que también es importante- lo que ganarás en salud y en evitarte disgustos y amarguras. También la de gente diversa que conocerás gracias a esa afición, y no encerrarte en un bar o en una cafetería viendo la muerte pasar.

A lo que hay que añadir que, a no ser que seas un viciado enfermizo, una vez conseguido tu reloj preferido (o unos cuantos de ellos), tu equipo de fotografía, aparato de radio, telescopio, prismáticos o lo que sea, no tendrás ya que hacer nada más, excepto mantenerlos. Y mantener un reloj Casio no solo es barato, sino que además es sencillo. Y luego está toda esa gente que, gracias a tus conocimientos adquiridos, ayudarás (y otros, que también te ayudarán a ti con sus trucos, información o sabiduría).

Cuanta gente hay que luego realiza libros, reportajes o galerías de fotografías teniendo como punto central su modelo preferido de reloj. Un reloj que, además, puedes llevar y disfrutar en tu muñeca, un reloj que puedes tocar y sentir sin tener que pagar entrada, y sin tener que poner en riesgo tu salud ni tu integridad.

Hay muchas alternativas más agradables, agradecidas y satisfactorias que los juegos, las cartas, el tabaco, el alcohol o las mujeres que lo único que hacen será aprovecharte de ti y del poco dinero que te quede a cambio de verlas bailar o menear sus carnes. Es increíble que haya hombres que se pasen noches así, en tugurios oscuros, dejando quizá a sus hijos y a su familia en casa y gastando en ellas el dinero que no tienen. Alternativas que no solo no te harán mal alguno, sino que además podrás disfrutar en compañía, y compartir con otros compañeros de afición. Solo es necesario que descubras la tuya.

| Redacción: Zona Casio