Prueba: Nowley 86028, el primer «G-Shock español» (I)


Primera parte: Aspecto exterior.
Segunda parte: Por dentro mejor que por fuera.

Modelos falsificados de Casio, y en particular de G-Shock, hay infinidad (por desgracia). Internet, y más concretamente eBay, está poblado de ellos (sobre este particular ya hicimos un reportaje aquí). Pero en este caso vamos a tocar una marca que ni mucho menos fabrica falsificaciones, todo lo contrario: es una firma de prestigio, para más señas, además, española, que ha lanzado al mercado su particular reloj «resistente». Lógicamente, no pueden utilizar el término G-Shock (registrado por Casio), y en su lugar han optado por incorporar en el bisel las leyendas»Shock Resist» y «Protection».

El modelo que vamos a probar aquí es el 86028, más concretamente el 86028-1 (existen otras variantes de distintos colores, como el rojo, de este mismo modelo). La marca Nowley es una marca de relojes de moda, cuya firma matriz es Industrial Marti, y que tienen también otras marcas como Potens o Novestel.



El reloj en sí nos sorprende nada más verlo, sin llegar ni siquiera a tocarlo. Y nos sorprende muy negativamente. Tiene un aspecto a reloj «de tienda de los chinos» que hace que llegues incluso a tener que desviar la vista, por el mal gusto visual que inspira. Una vez en nuestras manos confirmamos, lamentablemente, que dicho aspecto tan tremendamente desilusionante no era confusión nuestra: realmente el reloj es simplemente desastroso. Por donde quiera que lo mires hay puntos negativos, y, la verdad, no sé ni por dónde empezar a calificarlo. Llamarle a este G-Shock o incluso «Shock Resist» es insultante para cualquier G-Shock de verdad, no sólo eso: por características su rival sería la serie HD de Casio, pero es que ¡aún así está muy por detrás de cualquiera de Casio! Simplemente horrible, un diseño de muy mal gusto, una construcción nefasta y un tacto groseramente «gomoso» de su correa nos deja bien patente que este reloj es una horrible fabricación china firmada por una empresa española. Pero ahí no acaba todo. Agárrate porque vienen curvas.


– Embalaje
El embalaje, todo hay que decirlo, es sin lugar a dudas el punto más positivo del reloj. Una caja de plástico transparente, similar a algunos embalajes de Casio y de otras marcas. Al menos visualmente está bien. Pero cuando decides tocarla y probarla… la caja denota de nuevo todo lo negativo que tiene en su diseño: las pestañas no cierran bien, el reloj entra «a presión» (a la dependienta de la joyería donde lo adquirimos le supuso un enorme esfuerzo hacer que la caja encajara), y, una vez has logrado la imperiosa tarea de meter el reloj con todos los manuales arrugados (es imposible que entren medianamente sin arrugar), te das cuenta de que… ¡para abrirla tendrás que usar de nuevo tu máxima fuerza! De hecho, nosotros tuvimos que abrirla con la ayuda de unas tijeras. No obstante, en la parte posterior existe una pestañita que facilita su apertura.

La caja está decorada con una pegatina de colores y estrellas donde pone «EL». Nos imaginamos que hace referencia a la iluminación («Electroluminiscente»), pero como tengas que recurrir a ella estás acabado: en la oscuridad es tal que ensombrece los propios dígitos horarios, ¡nada que ver con el equilibrio al que nos tiene acostumbrados Casio entre la iluminación y la visibilidad! La iluminación de este Nowley 86028, por tanto, es muy buena, ¡pero es inusable! Eso sí: posee función Afterglow (se mantiene activa unas décimas de segundo tras dejar de pulsar el botón), aunque dicha función no es desactivable, ni configurable.


– Manuales
Tras abrir la caja nos encontramos con los manuales. Mirad, voy a ser sincero, aún a costa de que algunos me tachen de demasiado «campechano»: los manuales, queridos lectores, dan risa. No se explica cómo una marca de este calibre no presta la más mínima atención a sus manuales. ¿Te esperabas algo similar a los manuales de Casio, con apartados de agradecimiento por haber adquirido el reloj e imágenes con detalladas explicaciones? Pues en este olvídate. Nos encontramos con tres manuales: uno en español, otro en francés y otro en inglés. Todos son iguales, idénticos y, lógicamente, únicamente se diferencian por el idioma. Pero en el manual no hace referencia ni al modelo, ni al módulo que lleva, ni a nada. Es decir: tanto podría ser el manual de este reloj como podría ser el de cualquier otro, por diferente que fuese, porque no hay nada que los diferencia. De hecho, la dependienta se las vió y se las deseó entre tanta caja de Nowley para encontrar el manual en concreto de nuestro modelo. No es extraño.

En el manual no hay explicaciones sobre las funciones, simplemente son unos dibujos con los pasos a seguir para cada modo del reloj. No se si esto es bueno o malo, pero yo, personalmente, prefiero que a los dibujos se acompañe, al menos, una somera indicación sobre lo que hace el reloj.


Al final del manual tenemos unas pequeñas notas con advertencias sobre que no debemos abrir el reloj, y que no lo sometamos a impactos fuertes, ya que el reloj «está diseñado para resistir los impactos bajo condiciones normales de uso». Pero… ¿Pero no era «Shock Resist»? Al final en el reloj te pone una cosa, y luego en el manual te dice que de lo dicho ni soñarlo. Dramático.

Lógicamente, el manual tampoco te pone nada sobre tipo de pila que lleva, duración de la misma, ni nada de nada. Allá se las apañe cada uno.


– El reloj en nuestras manos
Y llega el momento de entrar a valuar «la cosa esta» (por decir algo) que algunos llaman reloj. Lo que primero nos llama la atención es el bisel: metalizado, que a cualquiera no entendido incluso le resultaría atractivo. Pero no es más ni menos que plástico «pintado» de brillo. En efecto. De metal (al menos acero inoxidable o aluminio, como en los modelos de Casio) ni soñar. Si le damos la vuelta nos encontramos con la cubierta trasera, la tapa, en donde está grabado el nombre del modelo y su resistencia al agua (hasta los 100 metros, esta característica aparece también grabada en la cara frontal del reloj).

La correa tiene un tacto muy endeble, demasiado. Con un diseño en la parte superior con zonas preformadas por las que seguramente más pronto que tarde acabará partiéndose con el uso. Las uniones de dicha correa con la caja es para quedar helado. En la parte exterior tiene como una especie de tornillos, que simulan los tornillos de los G-Shock, pero que es solo decoración, ¡están grabados sobre la caja! La zona de unión con la correa, donde están los pasadores, ¡está oculta! De manera que como necesites cambiar la correa, tendrás que romperla o romper la caja del reloj. Tú decides. Inaudito.


La hebilla está realizada en acero inoxidable (lo pone grabado en la misma), no pone ni procedencia ni nada similar, únicamente eso y la firma «Nowley». Como hemos dicho, el reloj, a pesar de su procedencia China con toda seguridad, no lo pone por ningún lado (tampoco, por cierto, el manual, ni el embalaje). Para saber si es de China tal vez tendríamos que abrirlo (cosa que haremos, no te preocupes) y ver si hay algún grabado sobre su procedencia en el mismo módulo. La hebilla tiene también los pasadores ocultos y, además, su brillo no coincide con el resto del reloj: para un reloj con decoración metálica brillante, le hacen una hebilla satinada. Parece una hebilla sacada de otro reloj y puesta ahí sin más, aunque, seguramente, la razón es porque es una hebilla para todos los modelos de todos los relojes, por lo que se la ponen ahí como podrían ponerle cualquier otra. Al menos, eso sí, es de metal y no de plástico. Pero repito que le queda horrible, parece un añadido metido a calzador.

La prensilla de la correa, además, posee una especie de saliente en su parte interna, que se acopla a cada agujero de la correa. La utilidad de eso no lo acabamos de ver: no es solo inservible, sino muy incómodo, ya que el reloj en la muñeca tiende a asentarse en ese saliente y hay que hacer un esfuerzo luego tirando de la correa, en un gesto bastante desagradable (¡la primera vez que la probamos creíamos que nos habíamos puesto el reloj de Ben10, porque no podíamos quitárnoslo!). Además, con el tiempo ese enganche seguramente acabará cediendo y se convertirá en inservible, eso sin contar que, como nos rompa, para sustituirlo por otro nuevo seguramente sea imposible de encontrar.


Toda la caja, e incluso los botones, están grabados como si hubiera tornillería, pero, lógicamente, no hay. Los botones, además, aunque parecen de aspecto metálico, es eso: simple apariencia. En realidad son de plástico, y mucho nos tememos que acabarán poniéndose negros más pronto que tarde. Pésima calidad, por tanto.

El sonido de la pulsación de los botones (el sonido no es desactivable, por cierto) es otra característica muy desfavorable. Poseen un sonido que se extiende demasiado, nada que ver con el sonido de pulsación de los Casio. Además, cuando regresas al modo de hora normal, el sonido no varía, al contrario que en Casio que, en muchos modelos, el sonido es diferente para avisarte de que has vuelto al modo normal.

Sobre los botones también hay que mencionar que «se pulsan solos», no obstante al estar insertados dentro de una especie de rectángulo de plástico, la posibilidad de pulsarlos accidentalmente disminuye, pero no por eso es inexistente.


El circulito superior izquierdo que veis en las imágenes corresponde a los días de la semana (cada porción de circulito está grabado con la inicial del día, en inglés: F, S, W…). Pero es tan minúsculo que es inservible. De hecho, es muy difícil que sepas el día en el que estás recurriendo a ello, a no ser que lleves contigo una lupa. Una metedura de pata de diseño (otra más) brutal.

Otra de sus funciones es la de cronógrafo. En dicho modo, no te informa de inicio con el contador a cero, sino que aparece el display totalmente en blanco, y solamente sabrás que funciona cuando lo actives. Posee también doble horario, y contador de cuenta regresiva (en la parte inferior existen dos marcas, que se activan, una cuando iniciamos el modo de cuenta regresiva, y otra cuando tenemos activa la señal horaria, no tiene mucho que ver la una con la otra, pero así lo han puesto…).


– Resumen
Nowley tiene mucho que avanzar aún para tener un producto que compita, no ya con un G-Shock, sino siquiera con un HD de Casio. Es una pena, una auténtica lástima que una marca española pueda presentar al público un producto de tan nefasta factura, con acabados tan simplones que dan risa (sino fuera porque su precio no es, precisamente, de risa, ya que es superior en bastante con algunos Casio HD), y con diseños con lagunas por todas partes. Un producto muy por detrás del producto más inferior de Casio, y que no me atrevería a regalar ni a mi peor enemigo. Repito: este no es un reloj de gama baja, es, o lo parece, simplemente, un reloj de risa. Y hasta sería gracioso sino fuera porque se supone que viene de una firma seria.

Hasta aquí la prueba sobre su aspecto exterior y sus funciones (que quede claro: es simplemente nuestra opinión). En la próxima entrega ¡lo abrimos! ¿Qué sorpresas nos reservará el interior de este aspirante a G-Shock de España? ¡No te lo pierdas!


































| Redacción: Zona Casio