
En BizCollege han sido de los primeros en probar en sus manos el nuevo G-Shock con Bluetooth, y no se puede decir que hayan quedado muy satisfechos. Sus conclusiones es que más que un modelo nuevo, lo que han hecho en Casio es lo que en el mundo del automóvil se le conoce como un «reestyling», una especie de «cambio de cara» con algunas funciones extra, pero no un nuevo modelo. Les ha llamado la atención que la actualización sólo incluya la gestión del reproductor de música, y echan en falta bastantes cosas. Por ejemplo, la notificación de Twitter, simplemente aparece con la palabra «Twitter» en un scroll del display, sin dar más datos. Siguen también quejándose de que la alerta de llamada no incluya el número (ni el nombre, caso de existir) del llamante, sino sólo otra animación, que en los e-mails no lea los encabezados, o que la llamada entrante apague el display por completo.
Pero lo que más critican es su aspecto. Un típico aspecto de reloj robusto y basto de G-Shock que está muy lejos -en su opinión- de lo que se espera en cuanto diseño para un reloj inteligente. No da una buena «sensación», y realmente para quien desconozca los modelos G-Shock con relativa profundidad podría pasar perfectamente por ser un DW-6900 «convencional».

Lo que más alaban es la duración de la pila, la cual, con dos años de vida, aventaja en muchísimo a todos los relojes inteligentes conocidos hasta ahora, y es ahí sin lugar a dudas donde radica la principal virtud de los nuevos GB-X6900B. Pero lo mejor para algunos -y lo peor para la mayoría- de estos relojes es su display. Frente a los más modernos displays a color no tienen nada que hacer, y sus iconos animados nos recuerdan a los de aquéllos móviles de principios de la década pasada, con los populares «logotipos de operador» que se enviaban vía WAP y que adornaban multitud de pantallas de terminales LCD. Con la llegada al poco de relojes con pantallas a color STN (como el superventas Sony Ericsson T68i), todo aquello terminó de un plumazo.
En un artículo escrito hace pocos días por Jonny Evans en Computerworld, el analista decía que a Casio le quedan ya pocas opciones para poder recuperarse, si los competidores con relojes más modernos, más bonitos, y más completos, tienen el éxito que se les espera. Éste articulista nos recordaba las historias de compañías que hicieron caso omiso a este tipo de avisos, y que todos sin duda recordamos: Blackberry, Nokia… Y decía las salidas que podía tomar Casio a partir de ahora (y ni siquiera hacía referencia a los GB-X6900B o los nuevos Bluetooth de Casio): una era utilizar software ya existente (Windows, Android…); otra, dar un paso adelante con una revolución en el mercado; o bien, vender sus patentes… O vender su compañía.

Resulta curioso, repito, que en todos esos artículos y reportajes nadie mencione a los Bluetooth de Casio. Ni siquiera se les recordó como competidores cuando esta semana Samsung presentó su Galaxy Gear (sin embargo, sí recordaron como competidores a los relojes de Sony o de Qualcomm). Y esto es así porque nadie ve, ahora mismo al menos, a los Bluetooth de Casio como relojes capaces de hacerles frente a los modelos con sistema operativo «de verdad» y microprocesadores «bestiales» como el Gear.
Lo cierto es que Casio pensaba hacer una revolución con sus relojes Bluetooth «de nueva generación», aparecidos hace apenas un año. Y ahora, inusitadamente, los tiene que actualizar sólo unos pocos meses después de su llegada al mercado de una forma un tanto «a la desesperada», deprisa y corriendo. Esto causa desasosiego entre los consumidores y evidencia el error tras error en el que está cayendo el fabricante nipón con estos relojes, y lo demuestran unas cifras ridículas de ventas, mucho menos de lo esperadas (y, de hecho, se vendió más el reloj por ser G-Shock que no por ser Bluetooth). El problema es que no puede volverse atrás. Han invertido millones de dólares para que el consorcio Bluetooth admitiera y desarrollara de su mano esta tecnología, y, mientras puedan, se van a empecinar en ella. A pesar de que esté a años luz de lo que el cliente demanda.

Aún así nadie puede dar por muerto a Casio (por mucho agorero que salga gritando a los cuatro vientos que su final está cerca). Pero lo que sin lugar a dudas va a ocurrir (y para esto no hay que ser un gran experto) es que, si los Galaxy Gear y demás triunfan, los Bluetooth estos LE que se han sacado de la manga tienen las horas contadas. Nadie en su sano juicio utilizaría los engorrosos GB-X6900B teniendo al alcance, por un precio sólo ligeramente superior, todo un Smartwatch con display a color y cargadísimo de funcionalidades y programas para personalizarlo.



| Redacción: Zona Casio