
Cuando publicamos la historia de los modelos centrales de los G-Shock «auténticos» (con el permiso de los DW-6900, me estoy refiriendo a los modelos que parten del original de caja rectangular, el DW-5000C), seguramente habréis notado que hubo un cierto salto cualitativo, una especie de retroceso, un punto de inflexión entre el último modelo legítimo de la serie (el DW-5600C-1 del año 1987) y el modelo que estrenaba la electroluminiscencia, el DW-5600E. Estamos hablando de la tercera generación de los DW-5000, que llevaba la denominación «E» precisamente para destacar eso, su electroluminiscencia. Pero con él cambiaría radicalmente el punto de tratamiento de Casio respecto a estos modelos: ya no llevarían caja de metal, sino de resina, y el cierre de su parte trasera se confiaría a tornillos. Este cambio supuso una filosofía diferente a la que tuvieron que adaptarse muchos aficionados a la marca, aunque siguieron existiendo (y aún continúan) muchos reticentes a esta modificación de diseño, para los cuales Casio lanzó modelos en su línea actual Origin (así denomina a los diseños que parten del DW-5000C) como el GW-5000.
Aparte de eso, el módulo tan completo y con pila de larga duración, quedó reducido a un módulo con una pila de tres años (o dos, según las estadísticas oficiales a las que se recurra), y su calendario limitado hasta el año 2039 (Casio resolvió esto último en la última actualización de módulos, no obstante, del año 2010).

Pero ¿qué es lo que ocurrió para que esto fuera así? Pues parte de la culpa la tuvieron precisamente los DW-6900 y su tremendo éxito. Tal es así que para Casio éste es un modelo de referencia, de hecho, es uno de los que más colaboraciones tiene, y el primero en recibir tecnologías como Bluetooth. Es un modelo vital para Casio dentro de su línea G-Shock, y no es extraño que de su inspiración surgieran también modelos «homenaje» en la serie básica, como el W-214.
Los DW-6900 y sus series (DW-6600, DW-6100, DW-6900X…) siguen la moda que se impondría en los años 90 (y que continúa hasta ahora), de modelos digitales con caja redonda. Su aparición en el año 1994 fue todo un éxito, y en la actualidad es el modelo de G-Shock más vendido en el mundo entero. Todo eso a pesar de su pila de ínfima duración, de su caja de resina, y de su estética, que parecía la antítesis de lo que hasta entonces había sido G-Shock con sus series 5x. Fue tan vital e importante este modelo, que se estrenó en él la iluminación EL, en el DW-6600, o el primer reloj con sensor, en el DW-6100 de 1992. Su éxito supuso el que Casio se diera cuenta que no era tan malo fabricar sus cajas en resina, ni ofrecer pilas de menos duración (con la consiguiente felicidad de los fabricantes como Panasonic, quiera verse así o no, no hay que obviar que buena parte de su facturación depende de Casio), y que en realidad esos modelos podían venderse. Y venderse muy bien.

| Redacción: Zona Casio