
Ya hace bastantes años, cuando la fiebre de los blogs como publicaciones de actualidad comenzaban a surgir, me contrataron para ser el redactor jefe y editor del blog de motor de una famosísima red en una multinacional. Ellos querían posicionar su publicacion como una de las más punteras a nivel internacional, y para ello me dieron libertad absoluta tanto para contratar a personal como en materia de la línea de edición a tomar. Contraté a un nuevo equipo y de un blog que palidecía en los últimos lugares de los rankings lo llevamos a ser uno de los líderes mundiales, hasta tal punto que a los pocos meses los servidores que lo sostenían se vieron colapsados por los miles de visitantes que solicitaban su lectura, obligando a la compañía propietaria a cambiar los servidores por otros de más capacidad. De hecho, nos establecieron en el «data center» con más capacidad que tenían.
En ese blog era habitual recibir todo tipo de notificaciones e informaciones de las marcas automovilísticas: invitaciones a eventos y ferias, pruebas de vehículos, merchandising, información exclusiva y jugosos dossieres confidenciales… Pero lo que también solían hacer a menudo eran llamadas de protesta, reclamando por haber publicado tal artículo o reportaje con determinada crítica a un coche o producto. Como supondréis, la mayoría de las veces yo era el primero en ser objeto de esas llamadas, porque era muy crítico con los modelos que tocaba. En más de una ocasión me llamaron de las más «altas esferas» para que modificara o directamente eliminara determinado contenido, algo que siempre hacía por la única razón de no perjudicar a la compañía para la que trabajaba.

En este blog he dicho de todo de Casio, muchas cosas buenas, pero también cuando lo consideré oportuno he sido duro y muy crítico con ellos. Y he de confesar que nunca, jamás, desde Casio me han dicho nada en contra ni me han exigido modificar ni un ápice de lo que había puesto aquí. Es más, al contrario: desde Casio Rusia y desde Casio Chile me llegaron a felicitar por el trabajo y la información que se prestaba en este blog.
Hace unas dos semanas recibí una llamada. Era de Casio España. Era la primera vez que yo trataba con ellos directamente, porque si la memoria no me falla hasta entonces todo el trato que había tenido con ellos había sido a través de su agencia de prensa. Tras felicitarnos por el blog y confesarme que lo seguían y leían puntualmente, me confesaron que a ellos no les gustaba intervenir porque era un blog personal y era libre de expresar todas las opiniones que quisiera, algo que, por supuesto, les agradezco. Aunque creo que «personal» ha dejado en buena parte de serlo en el momento que este blog sirve de referencia para sus productos y lo lee tanta gente y se ha expandido tanto que ya está fuera de mi control: pertenece a todos vosotros. La verdad es que el que intervenga la propia Casio más en el blog no me importa, de hecho me gustaría contar con ellos más a menudo, pero también entiendo que debe resultar complicado con la ingente tarea que tienen ahora entre manos al responsabilizarse de los mercados de España y Portugal, y la cantidad de eventos que requieren una organización muy cuidada. Y eso consume muchas horas de trabajo.

Por supuesto, aproveché la llamada para solventar algunas dudas, como la nueva política de tiendas y distribución, y tanto en Casio como yo coincidimos en una misma cosa: los estupendos usuarios que tenemos. Confesábamos sorprendernos cada vez más por descubrir en todas partes y en todos lados la auténtica pasión que la gente siente por Casio, que va más allá del sentimiento de una simple marca de relojes, que mueve una corriente de personas como una energía que fluye atraída por unos principios a los que la marca nipona, en contra a veces de las modas y de las superficialidades, ha sabido mantenerse fiel. Le comentaba que a veces me quedaba anonadado por algunos artículos que escribía en el blog, criticando (o en cierta forma «atacando») de alguna manera a Casio, y la respuesta que obtenía de muchos de vosotros, los lectores y usuarios, poniéndome luego «a caldo» a mí en los comentarios por ir contra la marca. Cosa que no me parece mal, ni mucho menos, y que entiendo que a veces os pongáis así.
Y es que este blog es en cierta forma un baluarte de Casio y de sus aficionados hasta tal punto que cualquiera que venga aquí «con malas intenciones» o para denigrar a la marca (yo incluído) lo más probable que consiga es salir escaldado. Por eso los auténticos protagonistas del blog sois vosotros, los que le dais valor y lo motiváis. Y eso es algo que he tenido claro desde el principio, que aquí el protagonismo sólo es de Casio y de sus usuarios, por eso yo no quiero ponerme ni medallas ni estrellas, y desde la gestación de esta publicación he tenido claro que mi nombre no aparecería por aquí, ni yo me llevaría la gloria, porque no soy más que un mero vehículo que sirve de conector entre las novedades y la información de la marca japonesa y sus usuarios. El protagonismo, los flashes, las fotos y las luces tienen que llevárselo nuestros colaboradores, los embajadores y, sobre todo y ante todo, Casio y vosotros.

Empecé este blog con la única meta de hacer entender a la gente de la forma más sencilla y fácil posible su reloj, de hacerlos íntimos amigos de estas estupendas, útiles y bonitas máquinas, de despertar en todos nosotros esa agradable sensación que nos producía antaño tener a todo un Casio en nuestra muñeca, ser portadores de algo tan especial. En un mundo tan vanalizado poder ser capaces de ir más allá del propio objeto y sentirnos unidos por algo tan fantástico y legendario, independientemente del precio del reloj, su antiguedad o su diseño.
Para mí ha sido todo un lujo poder conversar con sus representantes oficiales en España y poder constatar y transmitiros que ellos sienten la misma pasión por Casio que nosotros sentimos, que les importa lo que piensen los clientes y, sobre todo y ante todo, que continúan motivados alimentados por vuestra motivación. Pocas marcas pueden decir eso, la mayoría nunca te llaman para felicitarte, sino sólo para decirte que no les gusta el párrafo que has publicado, y que lo cambies por otro con palabras más bonitas. Casio no es así. Gracias Casio.

| Redacción: Zona Casio