
Dentro de pocas fechas se debatirá en la ONU el grave problema que implica la extracción del oro, con pueblos enteros (e incluso países) amenazados por el peligroso mercurio que se utiliza para su purificación, mientras que oro y diamantes son objeto de constantes debates en el seno de la Unión Europa.
Las medidas de seguridad de los metales que se utilizan directamente sobre la piel han sido objetos de continuas revisiones. La última de ellas hacía referencia a las aleaciones de acero. Si lo miramos detenidamente nos encontramos un problema realmente preocupante. El oro supone una amenaza de vertidos incontrolables hoy en día inasumible, el níquel del acero para fortalecer sus facultades antioxidantes es intolerable para nuestra salud, y el aluminio crea unas alergias espantosas, además de residuos de elevadísima peligrosidad (como el fósforo).

Por supuesto, si nos paramos a mirar no existe elemento que no sea dañino para nuestra salud o para nuestro planeta. Pero lo importante debería ser elegir aquel material que sea más inocuo para nosotros, y con menos impacto para el medio ambiente. Y entre los que existen en la actualidad sólo hay dos: la cerámica, y la resina. La cerámica la dejamos aparte, porque hasta que no se abaraten los procesos de su industrialización posee, a día de hoy, unos costes inasumibles para la mayoría de los compradores de relojes. Sin embargo la resina es muy diferente. Su procesamiento industrial permite que puedan reciclarse, o minimizarse en otros casos los desechos y vertidos que genera, e incluso ya existen elastómeros que carecen de mercurio en su composición. Además, se puede recurrir a opciones como mezcla con cauchos naturales o incluso con vegetales provenientes de los restos de cosechas. Casio ya experimentó con buenos resultados algo así, en sus modelos «Go Green» realizados en poliuretano con embalaje reciclado y tecnología solar, lanzados en el año 2010, como serie ecológica especial.

El futuro parece estar en las resinas, no porque sea el material más lujoso ni glamoroso, sino el más equilibrado y beneficioso para todos los pobladores de éste planeta. Casio ha sido -y es- uno de los fabricantes con más experiencia en resinas, y uno de los que tiene una oferta más amplia en su gama de relojes. Para quienes piensen que las resinas no son tan exclusivas como los metales, deberían mirar su gama Sky Cockpit o sus últimos GA-1000. Y para quienes argumentan que no son tan resistentes ni duraderas como el metal, deberían echarle un vistazo a la resina del G-7800.
No queremos tampoco engañar a nadie, es obvio que una caja de resina no es tan resistente como una de metal, pero con unos minimos cuidados aguantan el paso del tiempo sin problemas. Ahí tenemos a viejos F-14 como el primer día, o a DW-5600 incluso con sus biseles sin cambiar, y no han sufrido graves desperfectos. Además, las cajas de metal no son eternas, también se desconchan, se rayan y envejecen.
Lamentablemente, y mientras genere pingües beneficios, la alta relojería seguirá empecinada en el titanio, el oro, el aluminio y los diamantes, haciendo oídos sordos al dolor que genera y a los desastres de todo tipo que causa. El ser humano es el único animal que puede, con sus decisiones, causar el bien y mejorar su entorno, o dañarlo irreversiblemente. Aprendamos de los habitantes del desaparecido pueblo de Minamata, los cuales, mientras tuvieran pesca, seguían ignorando la fábrica que tenían al lado enviando su mercurio a la bahía. Cuando todos enfermaron debido al pescado contaminado y el pueblo desapareció fue demasiado tarde para hacer algo.

Lo bueno de ésto es que es una decisión que no depende sólo de gobiernos o multinacionales, sino que también es responsabilidad nuestra y, con nuestra elección, podremos estar desviando la balanza hacia un lado o hacia el otro. Compremos con responsabilidad.




| Redacción: Zona Casio