
Muchas personas, con razón, miran con preocupación hacia el futuro. El panorama que dejará todo esta pandemia que nos asola no es difícil de digerir, ni quizá siquiera de imaginar. Muchos negocios se irán a la bancarrota, otros cerrarán sus puertas, y con ello la lista de personas desempleadas, pobres y empobrecidas, será -ya lo está siendo- abrumadora.
Se acabaron, pues, los gastos superfluos. El entrar en una relojería y pedir un modelo de lujo suizo como un niño pide un caramelo en un quiosco. Quizá este sea terreno propicio para el renacer de una estrella: el F-91 de Casio. Volverá a ser, seguramente, el «reloj refugio» para mucha gente que no puede adquirir nada más. Ese reloj de calidad, que lo da todo y que casi no pide nada a cambio. Y también, por supuesto, terreno propicio para los W-59, F-105, F-201… W-800, W-96…
Parafraseando al gran Bécquer (que nos perdone) y su conocido poema «Volverán las oscuras golondrinas», como por desgracia a muchos sobrevendrán ahora tiempos oscuros, hemos decidido darle una vuelta y hacer ese poema…, pero precisamente con esos modelos de Casio. No es lo mismo, pero seguro que vosotros, como grandes amantes de los relojes, y de Casio en particular, lo entenderéis de inmediato.
Volverán los tiempos oscuros del F-91
Volverán los F-91
en las muñecas de las gentes adornar
y otra vez verás tras sus cristales
sus dulces números flotar.
Y aquellos que adornaban con finura
con exteriores de oro y purpurina
de marcas suizas de renombre,
¡esos, no volverán!
Volverán los socorridos W-59
a tu mano de nuevo abrazarán,
y otra vez, jugando como niños,
su alarma tus sueños mecerán.
Pero aquellos con múltiples sonidos
y conexiones imposibles a la nube,
aquellos de pantallas infinitas,
esos…, ¡no volverán!
Volverán, quizá, los Fs de antaño,
cuya pila era difícil de agotar,
con un par de botones al costado
imposibles por accidente de apretar.
Pero aquellos deslumbrantes de metal,
que durante horas podías admirar,
aquellos con el Marlin en el frontal,
desengáñate…, esos, ¡no volverán!