¿Es el 2515 el mejor módulo de Casio?

Económico, duradero, fiable, muy inteligible y claro, y con la información muy ordenada. Además, con nombre de día de tres letras, fecha que incluye el año, hora en todos los modos y funciones como la de retorno automático o salto a la pantalla de inicio. Así son los módulos 2515, módulos que llevan modelos como el DB-36.

Creo que todos estaremos de acuerdo si decimos que los Data Bank son los relojes más completos en cuanto a funcionalidades «puramente relojeras» se refiere (dejando de lado los módulos con sensores), pero incluso entre los Data Bank, y aún siendo tan completos, hay diferencias sustanciales. Algunos tienen pila de larga duración, pero carecen de temporizador; otros tienen todas las funcionalidades, pero su hardware sólo admite pilas de un par de años o tres. Pero el DB-36 es uno de los más equilibrados de entre todos ellos. A pesar de tener dos botones frontales, y al contrario que otros, su resistencia al agua llega hasta los 50 metros. Llamativa es también la ergonomía de sus botones, largos, cómodos de pulsar, y con la caja de extremos bordeados para poder apoyar fácilmente el dedo opuesto mientras operas con el reloj. O la atractiva vistosidad de su frontal a dos tonalidades.

Sus peculiares botones frontales, contorneados con la caja, logran una sensación de integración total, haciendo que parezca un reloj convencional que no posee esos pulsadores.

Otra de sus características es su cómoda correa, con unas conseguidísimas medidas tanto en lo largo, como en su ubicación en la caja, sin esos apéndices internos tan molestos en otros relojes (como los LDF-10, W-800, o similares). Además, y a diferencia de otros muchos modelos de Casio, esta correa es sumamente fácil de cambiar, no tiene zonas «conflictivas» que haga que incorporarle el recambio de una correa nueva tengas que andar forzando la misma correa (y la caja).

Entre sus cualidades también se encuentra su ligerísimo peso, y su escasa altura (apenas 10 mm. y medio de alto, con un peso de sólo 27 gr.), que hace que apenas sientas que llevas reloj. Por si todo esto fuera poco, este reloj tiene una versión de caja cromada (chapada en acero): el DB360, con todas, absolutamente todas las leyendas que están sobre la caja, grabadas. Aunque en la caja cromada, por la debilidad del extra añadido del metal, su resistencia al agua desciende a únicamente WR («Water Resist»).

Tal vez como módulo, para ser real y totalmente completo, sin rival, le penalice el no tener la posibilidad de silenciar sus botones, un pequeño «pero» que, sin embargo, no echa por tierra ninguna de sus virtudes.

El DB-36 se ha ganado a pulso, y con todo merecimiento, el honor de ser uno de los «relojes de batalla» más completos, imprescindibles y adictivos. Todo lo que nos ofrece por tan poco hace que sea el reloj perfecto para las situaciones más comprometidas. Su ligereza colabora también a que aguante caídas y no pocos impactos, golpes que harían palidecer a los modelos más resistentes de otras marcas.

Si Casio aprovechara módulos como éste, y le incorpora una caja de metal de acero macizo, sin duda conseguiría que el DB-36 se convirtiera en el modelo más perfecto de toda la historia de los digitales. Un modelo con el que nadie necesitaría ningún reloj más. Por eso éste reloj es un peligro: un Data Bank tan potente y con una pila de tan larga duración (diez años), es como ir contra corriente de todo lo que se vende hoy en día. Un valuarte de la anti-obsolescencia programada. Un modelo atemporal, sin compromisos, y prueba de la tecnología digital relojera elevada a la enésima potencia.

En Casio, cuando diseñaron y materializaron este DB-36, no crearon un reloj. Crearon un precedente.