
El usuario de forocoches tanner86 se ha comprado el novísimo G-Shock GBX-100, y ha hecho una muy interesante review que, por lo que os puede aportar a todos los que estáis interesados en este reloj, hemos decidido mencionar aquí. También ha podido comprobar cómo de fiable es la precisión del GBX-100 en su podómetro, comparándolo con un Polar M430 que suele ser ya de por sí bastante «sensible» en este aspecto. El resultado es que si el Polar cuenta algún que otro paso extra (dándote la sensación de que te mueves más de lo que en realidad lo haces), el GBX-100 de G-Shock es aún más exagerado todavía en el conteo. Me ha llamado la atención una de las comparativas que pone:
- Casio (mano dcha): 7707 pasos.
- Polar (mano izqda): 3621 pasos.
¡Casi el doble de pasos!

Lo cierto es que en este tipo de funciones nunca se puede uno fiar totalmente, por algo los podómetros llevan años pasando a mejor vida y, desde la llegada de las apps específicas deportivas para móvil que usan el GPS, ya apenas se utilizan. La razón es que pueden afectarles tantas cosas, y leer erróneamente por tanta cantidad de «interferencias» (movimientos que no son pasos, en realidad), que acaban siendo más algo orientativo, como un extra «divertido», pero realmente poco funcional.
Claro que hubiera estado bien que tanner86 hubiese añadido a la comparativa una smartband de estas que tanto se llevan ahora (el Polar M430 es un reloj), porque seguramente fallarían también más que una escopeta de feria.

Como dice el mismo autor de la review, si quieres el GBX-100 porque te gusta y te parecen entretenidas sus funciones, pues perfecto. No deja de ser algo curioso, como aquellos Casio que medían tu fuerza o te decían que ibas a tener un buen día. Ahora bien, si lo que quieres es algo más fiable, existen apps para el smartphone – ya te contamos que el GBX-100 no funciona sin móvil – que hacen todo eso mucho mejor y con más precisión. Y no estamos criticando al GBX-100, por supuesto, que es todo un relojazo, pero a cada uno lo suyo. Uno es un smartphone, y hace muchas cosas, y el otro es un reloj, y hace bastantes menos.
Por cierto, que viendo esto, uno se pregunta si también sufren el mismo «defecto» (que no es un defecto, insistimos, es que los sensores esos son inexactos por naturaleza) los GBD-800, GBD-100, GBA-800 y toda la familia de los G-Squad… Y es también lo que decíamos en su día: es un error garrafal que en Casio no te permitan desactivarle ese sensor, en serio, ¿para qué narices tiene que soportar el usuario su absurdo consumo de energía, si no lo quiere utilizar? Y es que esos sensores antes en Casio no estaban así, por ejemplo en el G-9300, si quieres activar la brújula lo haces con un pulsador dedicado, en el GW-9200 Riseman otro tanto de lo mismo, y cuando no necesitabas esa función, pues no la pulsabas y listo.
Lo que hoy ocurre con los analógicos de Casio es un batiburrillo para hacérselo mirar, en serio, y lo peor es que esos defectos se los están pasando también a los digitales, metiéndoles problemas que antes no sufrían. Sin ir más lejos, el anterior SGW-200 disponía de un sensor de aceleración que activabas con el cronógrafo, no que se activaba por sí mismo «cuando le daba la gana» como lo llevan ahora estos nuevos.
En modelos como el GG-B100 de G-Shock es todavía peor: todos los sensores se activan al cambiar de modo, encendiéndolos quieras o no, incluyendo el molesto «tiovivo» que te hace el segundero cuando se mueve para darte el norte en la brújula. G-Shock lo ha solucionado de una forma expeditiva: simplemente, si no quieres encender el sensor, oculta esa función (con tu smartphone, claro) como si no la tuvieras. Así que cuando la necesitas, deberás volver a activársela con el smartphone de nuevo. Un rollo. Un lío. Para volverse loco, en serio. Y dime tú, después de todo, qué gracia tiene gastarte 200 € en un reloj, para luego tener que ocultar funciones y dejarlo como si fuera un simple F-91. Y eso sin olvidar que las apps de G-Shock son engorrosas y están llenos de bugs, porque si nos metemos en ese arenal, no saldríamos ni con una grúa.
