
Si no fuera por precio (volvemos a lo mismo), a todas luces excesivo y fuera de toda lógica o razón que lo explique (casi 300 €), sin duda que sí lo sería. En primer lugar, porque es un reloj con una caja de composite Carbon Core Guard (CCG), que se ha reforzado con fibra de carbono. En segundo lugar, porque sus adaptadores permiten que se le añada una correa «convencional», algo impensable en un G-Shock de este tipo (y sobre todo sin que desmerezca al conjunto). En tercer lugar, porque es uno de los pocos G-Shock de su estilo y diseño, que puedes llevar sin bisel y, aún así, disfrutar de una bonita apariencia (sus pulsadores rectos colaboran definitivamente a ello). Y en cuarto lugar, porque llegado el caso puedes volver a usar tanto correas como biseles de los G-Shock de su serie (que, en este caso, necesitarás «apañar» ya que no requiere de tornillería de ajuste, todo se sujeta con solapas y con la propia botonera), y volver a tener un G-Shock «convencional».
En definitiva que si ésta fuera la Casio de siempre, habríamos tenido este reloj por menos de cien euros (no deja de montar el módulo de los más baratos de G-Shock) y todos podríamos disfrutar de él, ponerlo, y usarlo.

Pero no, esta G-Shock de hoy tiene poco que ver con la de antaño, y si quieres este modelo, que además solo ofrecen como unidades limitadas y colaboraciones especiales, deberás pagar lo que antaño casi te costaba un Frogman con caja de titanio maciza. Así están las cosas hoy, queridos amigos.
Supongo que – desato un párrafo de ironías – a esta Casio de hoy le costará mucho hacer adaptadores de resina, que en Aliexpress venden a diez dólares el paquete de seis unidades. También les costará mucho hacer una correa con hebilla de metal, que tenemos en casas como Diloy a menos de quince euros. Y el módulo del DW-5600 que antaño se comercializaba por 60 € o menos, suponemos que ahora no pueden ser capaces de fabricarlo por debajo de los 100 €. Es que está todo muy mal, tremendamente mal, y uno llega a pensar que tal vez la electricidad de las fábricas chinas que operan para Casio también les han subido las tarifas eléctricas, y tienen que subir los precios para compensar.

O más bien será que se han vuelto muy codiciosos, tremendamente codiciosos, y cuando antes que vendían muchos menos G-Shock que ahora (aseguran desde la marca, no lo decimos nosotros), los podían poner mucho más al alcance del público (de su público y seguidores), ahora no pueden hacerlo. Algo no cuadra. Porque si yo hago números con mi Classwiz, si vendo más no necesito aumentar los precios porque gano más. Sólo necesito aumentarlos artificialmente – y el precio del DWE-5600 es totalmente artificial, ese reloj no vale eso ni en sueños – cuando vendo menos.
No sé. Igual soy un negado que no entiende nada de lo que está pasando.

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