Aunque esta pregunta no es necesario hacérsela con modelos que incorporan ambas tecnologías, como los G-Shock GMW-B5000, en muchas ocasiones sí tenemos que elegir qué tipo de tecnología preferimos para la sincronización de nuestros relojes de muñeca. Es por tanto cuando nos planteamos la pregunta de si elegir reloj Multiband o reloj con Bluetooth.
En el artículo de hoy no vamos a desgranar las ventajas y contras de una y otra propuesta, algo que haremos en otra ocasión, pero sí queremos destacar que uno de esos sistemas parece estar mejor preparado para lo que podría llegar en el futuro.
Y no hablamos de guerras. Tampoco de que Casio pueda dejar abandonas ciertas aplicaciones para smartphone y por tanto ponga en peligro que el Bluetooth de nuestro reloj sirva para algo más que para gastar pila. No.
Reloj atómico, reloj de confianza, reloj Multiband
A lo que nos referimos es que este 18 de noviembre de 2022 el International Bureau of Weights and Measures, conocido como B.I.P.M., va a llevar a cabo una votación por la que los relojes atómicos, los mismos que mandan las señales a nuestros relojes G-Shock Multiband para sincronizar la hora mediante radiofrecuencia, podrían dominar el mundo sin inmiscusión.
Lo explicamos. Miembros del B.I.P.M. quieren aprobar el final del segundo intercalar de cara a 2035 y que a partir de ahí que el planeta Tierra se rija por la hora que proporcionen los relojes atómicos. Esos relojes actualmente definen los sistemas horarios y calendarios civiles de los países y sirven para establecer la hora oficial en todo el mundo.
Sin embargo la situación actual deja abierta la puerta a errores que puedan producir efectos inesperados. Los relojes atómicos miden los segundos sin intervención humana y nos fiamos de ellos. ¿Cuál es el problema? Que un segundo atómico no será siempre igual que un segundo astronómico debido a la errática rotación de la Tierra y si la humanidad sigue empeñada en hacer cuadrar el tiempo atómico con el tiempo astronómico, cada cierto tiempo nos vemos obligados a añadir un segundo a la hora oficial, el llamado segundo intercalar.
¿Qué es el segundo intercalar?
El segundo intercalar o Leap Second hace que, cuando se añade, existan días de veinticuatro horas y un segundo. En 1967 se estableció que un segundo no podía ser como la 1/86400 parte de un día solar medido, sino en el tiempo que tarda un átomo de cesio en vibrar 9.192.631.770 veces, siendo 86.400 de esos segundos atómicos lo que dura un día.
Debido a que la rotación de la Tierra no es siempre igual, en las últimas décadas el segundo astronómico viene siendo mayor que el segundo atómico, por lo que cinco años después, en 1972, se estableció el segundo intercalar como solución para ir tirando cuando había que implementar ajustes a la hora.
El ajuste se realiza cuando el desfase está cercano al segundo, algo que hoy en día no consiste en presionar un botón, sino en sincronizar a tanta gente y tantas redes que es una tarea cercana a la pesadilla. Con la era de Internet, las comunicaciones instantáneas y el mundo globalizado este apaño ha quedado desfasado y toca explorar otras vías. Países como Estados Unidos, Francia o Alemania buscan el cambio; otros, como Rusia —debido a su sistema de GPS GLONASS que incorpora el segundo intercalar— o Inglaterra —donde dan mucho valor a la Hora del Meridiano de Greenwich y el recuerdo a un pasado imperial cada vez más lejano—, podrían poner reparos.
Pero es que la Hora Universal Coordinada, conocida como U.T.C., la hora oficial del mundo, se basa en estos datos proporcionados por los diferentes relojes atómicos alrededor del mundo y como hemos explicado está manipulada por los segundos añadidos que los metrólogos tienen que calcular y definir cuando es momento de hacerlo. Y hay gente que empieza a optar por otros sistemas para saber la hora, como el GPS, un sistema propietario de un país, EE.UU., algo que va en contra de la idea de un sistema que pueda ser controlado de forma internacional.
37 segundos añadidos en 50 años
Desde que se estableció el sistema del segundo intercalar en 1972 la hora oficial ha ‘sufrido’ el añadido de nada menos que 37 segundos: 10 segundos en 1972 y 27 más desde entonces, el último en 2016. Y muchos se han cansado de este sistema.
¿Por qué? Porque en un mundo regido por la exactitud en la que comunicaciones de telefonía móvil, redes de ordenadores, movimientos militares, redes eléctricas u operaciones de bolsa que se rigen no al segundo, sino en fracciones de segundo, mantener esta tradición del segundo intercalar no deja de ser un riesgo. ¿Qué pasará si algún sistema de comunicaciones u ordenadores no añade el segundo cuando toque? ¿El caos? (Por poner un ejemplo Google añade ese segundo a lo largo del día mientras que Microsoft o Meta lo hacen de otro modo) ¿Y qué puede ocurrir cuando en lugar de añadir haya que restar un segundo, algo que todavía no ha pasado pero que pasará si nada cambia? No hay precedentes para ello y los metrólogos no quieren jugar con fuego.
Si esta votación sale adelante y el Leap Second pasa a la historia, la hora U.T.C. seguirá siendo la hora del mundo, pero sin potenciales errores en redes digitales por culpa del segundo intercalar. Eso sí, la hora U.T.C. se irá distanciando de la hora de la Tierra durante décadas (o siglos) hasta que los científicos den con otra solución, como pueda ser añadir o quitar una hora al reloj cada cientos de años.
Sea como sea, si quieres tener la hora exacta ahora y en 2035, parece que la solución más precisa y libre de errores será elegir un reloj con Multiband.