Probamos el GBD-200 de Casio (III): interfaz de usuario, lo mejor del reloj

Uno de los aspectos que más destacaríamos en el G-Shock GBD-200 es su interfaz de usuario, la cual es toda una delicia. Tiene el aspecto de un moderno smartwatch de última generación, con ese sabor añejo a reloj digital convencional o, más bien, retro-futurista, una combinación que, acompañándola con la intuitiva forma de manejarla y moverse por sus menús, nos cautiva con su facilidad de uso.

Sorprende el extenso menú de configuración, con multitud de opciones que incluyen la personalización del reloj con datos biométricos de la persona, y un detalle importante: la posibilidad de indicarle en qué brazo llevamos el reloj, con el fin de hacer más preciso su acelerómetro. Para las personas que solemos usar reloj en la mano derecha (y que estamos tan olvidadas en muchas ocasiones por los fabricantes, ya que la mayoría de cajas se diseñan para las muñecas izquierdas), es un elemento a tener muy en cuenta.

En cierta forma, los menús del Casio GBD-200 recuerdan bastante al de los antiguos teléfonos móviles, en los cuales un listado, expeditivo pero útil, rápido y eficiente, permitía adentrarte en su multitud de opciones y configurarlas. El hecho de que, al contrario de los modelos convencionales de reloj, si surje algún error o alguna opción no está disponible, te lo comunique con un mensaje para avisarte de tal situación, ya hace ver bien a las claras que este reloj no es un modelo «del montón».

Especialmente gratificante es su modo alarma, en el cual no solo podemos activarle cuatro alarmas distintas sino que, además, en todas ellas podemos elegir que sean también alarmas despertador, y no solamente una sola (que suele ser casi siempre la primera), como en la mayoría de modelos de digitales convencionales. De esta manera, y dado que el sonido de los G-Shock no es todo lo audible que sería deseable, con la función de «snooze» nos aseguramos mejor que realmente vamos a ser advertidos por la alarma. Eso sin olvidar, por cierto, que también cuenta con alarma por vibración.


La multitud de mensajes de avisos del reloj son de una gran ayuda.

Otro detalle interesante de su interfaz de usuario, y del manejo de la misma, es la «salida rápida» de menús y pantallas de selección u opciones, que podemos realizar directamente con la pulsación de un botón, el inferior derecho, algo muy útil cuando no queremos seguir recorriendo el resto de pantallas.

Hay que recordar que muchas pantallas tienen sus propios menús de configuración, por ejemplo la de notificaciones, podemos hacer que no nos molesten desactivándolas en tres opciones, bien cuando entrenemos o estemos en el modo de ejercicio, o bien desactivándolas por completo. De esta manera, nos aseguramos que el reloj pase a ser más un «reloj al uso», reduciendo sus capacidades de «smart». Una opción muy interesante, por cierto, si no tenemos pensado recurrir al uso de G-Shock Move con él.

En el modo de entrenamiento encontramos asimismo otros submenús especiales, como la posibilidad de cambiar la configuración y el orden de la información que se nos muestra en pantalla, y todos sus bloques de datos. En realidad tienes opciones ahí para perderte. Podemos elegir mostrar alertas por consumo de calorías, o alertas por tiempo de actividad, y todas esas alertas podemos hacer que se repitan para que les prestemos atención y no se nos pasen desapercibidas, o que salten una vez y no nos molesten más. Podemos también dejar que el reloj genere vueltas automáticas cogiendo él solo el control, o desactivarle funciones más complejas. Lo mismo con el sistema de pausa automática, o con la organización de la información y sus unidades. Lo cierto es que el perfil y modalidad de entrenamiento es casi como un reloj virtual, dentro del reloj convencional, con la posibilidad incluso de generar promedios y ponerlos como información en el display principal del modo.

Lo más interesante es que en ese modo podemos dejar el aspecto del reloj como nos apetezca. Yo, como no suelo usarlo para entrenar, lo tengo puesto para que me marque la hora y la fecha como un digital convencional pero, a la vez, le he añadido un bloque para que me diga en todo momento la velocidad a la que voy. Podría haberle puesto en su lugar el consumo de calorías, la distancia que voy recorriendo, o los pasos que voy dando en el día. Y todo eso, sin perder la información de reloj tradicional, ¡fantástico!

Y como puedo elegir de entre tres pantallas personalizadas, puedo cambiar entre ellas cuando desee, y si entreno en una poner datos simplemente estadísticos para carrera, y dejar las otras dos para «caprichos» o cosillas «chulas». Aunque en lo personal la que más me encanta es la de «time«: te muestra la hora en un bloque inmenso, con los segundos integrados, y en información secundaria la distancia y la fecha. Una pasada, de verdad. Es que por ponerle, le puedes poner hasta la velocidad media a la que vas.

Y por cierto, ¿crees que para activarlas y cambiar entre ellas, tienes que volver a la configuración? ¡Ni muchísimo menos! Al instante puedes tener un reloj con el display totalmente diferente y pasar entre las tres pantallas con la pulsación de un botón. Y tranquilo, que si no activas el log del modo de entrenamiento, podrás usarlas igual (solo que no se grabarán los datos ni leerán del sensor) y salir de ellas y regresar al modo de reloj tradicional cuando desees. ¡Qué pasada!