¿Por qué el DW-5000 – y todos sus herederos – tienen esas aristas a los lados?

Una de las señas de identidad de los G-Shock son las perforaciones, estrías o huecos que tienen en las esquinas muchos de sus modelos, sobre todo – y principalmente – sus Five Series, en los cuales se han vuelto una de sus características más reconocibles a simple vista. Pero, ¿por qué llevan esos huecos en las esquinas?

Si preguntas incluso a entendidos, muchos te dirán que es debido a que es ahí donde se asienten, se anclan y se alojan las bullbars o «protecciones frontales», esa suerte de «brackets» en forma de alambres retorcidas (que en algunos casos están almohadilladas para no dañar el cristal), y que le ofrecen (aseguran) una protección extra ante impactos o roces frontales. Pero ante esta respuesta cabría entonces preguntarse otra cosa: ¿quién fue antes, el huevo o la gallina? Porque sí, no deja de ser en parte cierto que sirvan para eso, pero la historia nos dice que el primer G-Shock de ese tipo «con brackets» no llegaría hasta bien entrado los noventa, década en la que se hicieron famosos estos artilugios, y en donde se estrenarían con el DW-6630 de 1995. Fíjate que ni siquiera era un Five Series. En realidad, el primer Serie Cinco en montar los bullbars «de serie» (otra cosa eran los añadidos aftermarket, claro) fue el DW-5600ED, y para eso tenemos que irnos ya a 1996.


Ante esto, resulta evidente que esas estrías no estaban pensadas para alojar bullbars en sus inicios, simplemente Casio luego las usó como sistema de anclaje para las alambres de ese elemento opcional, pero no fue algo que estuviera pensado explícitamente para ello. Por lo tanto, no fue el reloj el que se diseñó para las bullbars, sino todo lo contrario: las bullbars tuvieron que diseñarse para acoplarse en el reloj. No olvidemos que en modelos posteriores Casio incorporaba esas bull-bars a la caja, insertando en ella las alambres (ese fue el caso de los G-500 y G-501, por poner dos ejemplos).

Y entonces, ¿a qué vienen esas estrías? Pues Casio lo aclaró cuando explicó el diseño y el concepto del cual surgió el GA-2100, y es que esas estrías, queridos amigos, se realizaron para eliminar «material sobrante», dejando solo lo esencial y necesario para cumplir su propósito. Se dieron cuenta que esas perforaciones hacían que la caja aguantase los impactos y se favorecía la capacidad de flexibilidad y absorción del bisel. Al estar en una zona protegida entre la guarda lateral y la parte superior de la correa y las asas, era innecesario rellenarla con resina, por lo que acabó perdiendo material para ganarlo en flexibilidad. De hecho, si inclinamos la caja de un DW-5000 colocándola de lado contra una superficie plana, nos daremos cuenta que esa zona nunca llega a tocar contra ella, gracias a su curvatura y a su colocación.

En Casio volvieron a recurrir al diseño original para añadirlo al GA-2100, reinterpretando ese concepto más refinado, compacto, delgado y efectivo. Vemos que, a casi 40 años del primer DW-5000, aquel diseño sigue estando plenamente vigente hoy, y sigue siendo todavía fuente de inspiración y punto de partida para crear los G-Shock del mañana.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com


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