
De la entrevista que os contábamos antes, el vicepresidente de Casio también ha dado algunos apuntes bastante interesantes respecto a G-Shock. Mencionó que G-Shock estaba tratando de cubrir un segmento cada vez más joven porque se habían dado cuenta que, si la edad media de los usuarios de G-Shock era de 25 años en la década de los noventa, cuando el fenónimo G-Shock comenzó a surgir, en los últimos años la edad media de un usuario de relojes G-Shock era tan solo de 20 años. Así que no van tan desviados los que opinan que G-Shock se ha vuelto una marca adolescente: como veis, lo es.
Ciertamente que G-Shock tiene muchos modelos: para profesionales («Master of G»), líneas exclusivas «premium» como MR-G, o elitistas como G-Steel, pero si os fijáis, la mayoría de los modelos que ofrece G-Shock y que llenan su catálogo son esos otros relojes digamos más «generalistas», los que rondan los precios de 100 – 200 $, quizá alguno se acerque a 300, pero poco más.

Esos son los modelos de más venta en G-Shock, y ahí se agolpan todos los colores, las colaboraciones, los acabados extravagantes, los diseños «rocambolescos» o «casi imposibles» de vestir…
Por un lado es una buena señal, porque indica que hay futuro (o eso esperemos), y además, Casio siempre se destacó por diseños extravagantes, que hacían volar nuestras ilusiones y fantasía, como aquellos DW-6200 («rallies»), DW-6500 (barómetro), DW-6700 (Twin Sensor…). Al final lo que nos encandilaba a nosotros de jóvenes, sigue encandilando a los jóvenes de hoy.
Claro que, por aquellos tiempos, poca competencia había de smartphones e historias, así que era el reloj «lo más de lo más», y si tenía algún «extra» como estos que os acabamos de mencionar de Casio, pues ya lo imagináis. Hoy Casio añade Bluetooth y características que combinen y trabajen con el smartphone, consciente de que ese dispositivo va a estar siempre (o casi siempre) en las manos de los adolescentes, así convierten al reloj en «el compañero perfecto» no solo de su muñeca, sino también de su smartphone. Sus últimos lanzamientos -línea G-Squad incluida- bien lo demuestran.

Otro detalle es que -por lo general, claro, siempre hay excepciones- los chavales de hoy tienen más poder adquisitivo que en nuestros tiempos, así que pueden acceder a relojes más caros. Esto se nota sobre todo en Asia, un continente con economías que suben como la espuma (ahí lo demuestra la cantidad de marcas de automóviles «premium» que deciden trasladarse y abrir delegaciones allí) y en donde el dinero pasa muy rápido de mano en mano.
El gran problema de Casio sigue siendo Collection, una línea bastante abandonada y donde solo se encuentran «refritos» de módulos en unos y otros modelos y variantes. Data Bank hace mucho que no se actualiza, y el W-202 nos ha dejado con la miel en los labios de lo que podría haber sido un buen reloj, pero que nunca apareció.
No debemos esperar grandes avances de Casio en este sentido, porque reforzarán su posición en cuanto a precio competitivo, y con la calidad que se han ganado, lo único que han mejorado últimamente es en diseño (añadiéndoles diamantes, algo enormemente discutible, pero ellos sabrán). No hay un Collection realmente «bueno» y completo, a pesar de que la gente ha demostrado que responde muy bien cuando se le ofrece algo competitivo (caso del AE-1200), quizá lo único «salvable» de Collection en estos últimos años sea el AE-2000, un modelo que se puede adquirir con opción de armis, con un diseño sorprendente (incluyendo pulsadores a distinto color), cristal mineral, resistencia de 200 metros a la inmersión, frontal recubierto en acero…, ¡y pila de 10 años!.
Pero, aún así, hemos visto hace poco el resurgimiento de aquellos legendarios TR («Twin Resist»), un subgénero que creíamos que no volveríamos a poder volver a disfrutar, en la forma de los nuevos TRT-110. No es lo mejor, pero demuestra que aún hay esperanzas. ¿Y esperanzas para qué, os preguntaréis algunos? Pues para un nuevo Marlin. Ahí es nada.





| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com