
Conozco a alguien que hace poco le propusieron ser embajador de una marca…, y bueno, se negó. O vale, no se negó, pero les respondió que sería embajador de esa marca solo de los artículos que usaba de la misma, y no de toda la marca. No suele ser lo habitual en los embajadores, normalmente el producto les da igual, mientras les paguen o puedan disfrutarlo y, a partir de ahí, «dure lo que dure», como dice aquel.
Siempre hablamos aquí (o al menos muchas veces lo hacemos), en esta publicación de Zona Casio, sobre lo poco que, en general, le rinden los embajadores a una marca. Cierto que bueno, es un negocio, y está así montada la cosa, qué se va a hacer… Pero de cara al usuario, al consumidor y, en general, a los que somos aficionados a esa marca, no deja de dolernos cómo a veces los embajadores la ningunean.